Me haces pasar por el aro de la condena
una y otra vez…una y otra vez…
Y mientras el pulso me tiembla,
hago como que no me quemo
en el aro incendiario de tu ira
Pero ahora sé que sólo te quemas tú…
Y ardes, sin consciencia,
sólo tú...
Yo, ya me curé de tus
fatales heridas
y aunque pase por el aro de tu infamia,
quiero que sepas que me dejé quemar la piel una vez,
pero esta vez,
¡NO!
Virtudes Montoro López © 2012
Quemarse dos veces es incendiarnos la vida, Virtudes.
ResponderEliminarUn beso.
De otro enlace que has colgado llego a este que se me pasó en su día... Y los pelos de punta tengo... En tan pocos versos tanta grandeza: la de tu virtuosismo manejando la pluma, la de tu sentimiento expresado exacto que se me adhiere,la de la valentía final de un 'No' cuando es necesario.
ResponderEliminarUn beso
Mi Leire, muchas gracias. Esta vez, dije NO, ya me quemé la piel, ahora No. Besos enormes!!!
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