Crecí entre tus labios y me mengüé,
me deshilaché en tu saliva,
me desbotoné la comisura;
principio de incipiente sonrisa.
A veces palpábamos el hambre
recorríamos la urbe sedientos,
nos besábamos fuerte los ojos
abiertos al carmín rojo cuatro.
Fuimos seres desprevenidos
amando a dentelladas los surcos:
nuestros escondites primerizos
huecos resbaladizos, quejidos.
Somos, unísona cantinela
sorteando caminos paralelos,
dedicamos los besos al vernos,
los besos que nunca se besaron.
Te invito a entrar a el blog La ciudad del saber. Puedes considerar esto como spam, o no y entrar en un mundo totalmente nuevo. De todas formas gracias por tu tiempo.
ResponderEliminarUn saludo.
http://www.laciudaddelsaber.com/
lindo!
ResponderEliminarQué forma tan delicada y sutil de describir ese amor primerizo, a veces tan romántico, a veces tan fogoso... Precioso.
ResponderEliminarHermoso!, se me pegó al paladar tu sed.
ResponderEliminarMe resulta refrescante tu forma de expresión y el contenido de lo que cuentas. No tengas miedo en usar las palabras que desees ni las imágenes que quieras mostrar a través de ellas. Toda esa llanura de Las Gavias puede ser razón suficiente como para darle anchura a tus poemas. Un beso
ResponderEliminarEl poema va creciendo y da pena que se cierre. Genial
ResponderEliminarMUI BIEN !
ResponderEliminarBESOS !
Gracias por vuestros comentarios, Rodrigo,José Manuel, Antonio, Laura, Fran y Moisés, muchísimas gracias.
ResponderEliminarOlá!
ResponderEliminarTenho uma proposta para seu blog que acredito ser relevante para você.
Caso haja interesse, entre em contato!
Atenciosamente,
Cristiano
contato@webreside.net
los besos que nunca se besaron, un metáfora bien hilada.
ResponderEliminarUn abrazo y un placer leerte
Gracias Santiago, para mi es también un placer que te pasees por mi burbuja.
ResponderEliminarAbrazos.
Besos que nunca se besaron... pobre aquel desdichado que no supo haber apreciado, esa dulce boca que otros han anhelado.
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