¿Cada cuánto tiempo muere una oveja?:
Un balido menos en el ruido inmenso
Y sé, que nadie excepto yo lo piensa
ahora, nadie excepto tú y yo
Y, ¿cada cuánto muere un poeta?:
Un quejido sintetizado menos
Sé, que oveja y poeta serán abono:
estiércol de huesos y verbos
Sé, que nunca se medirán estas muertes;
morirán ambos sin espacios, sin tiempos
balando en medio de desérticas sierpes
Foto de la exposición que ha realizado Jean Luc Cornec
ResponderEliminarDelicioso poema...
ResponderEliminar"¿Cada cuánto muere un poeta?" ¿cada cuánto resucita? :)
Besos!!
Gracias por leerme y comentar Leire, un beso enorme!!!
EliminarDiría que un poeta no muere nunca, pero es mentira, el poeta vive muriéndose.
ResponderEliminarBs.
Sarco, vive muriéndose, sí, pudriéndose en vida. Un beso, Sarco!
Eliminar¡LA POESÍA DE UN VERDADERO POETA ES ETERNA!.
ResponderEliminarEsta semana te leemos en el Club de los Sabios Mayores.
Abrazos.
Me hace mucha ilusión ser leída en el Club de los Sabios Mayores, mándales un beso enorme de mi parte, y otro enorme para ti. Gracias Natividad!!!
ResponderEliminarJoseph,muchas gracias por tus generosas palabras. Un abrazo :)
ResponderEliminarTe agradezco tu entrada. Te a devuelvo con mucho gusto y te invito a continuar con los comentarios.
ResponderEliminarTu poema me resulta interesante desde el momento en que parece escrito como de sobra, como por una persona que siente que las cosas sean como son. No importa. Sea desde donde sea que escribas, pero hazlo, por favor. Un beso
Qué gusto volver a leerte, saborear el lujo de tu sintaxis. Un saludo
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