sábado, 13 de febrero de 2010
ANSÍO MECERTE EN OLIVOS
Cosmografía de fusiformes relieves, ribeteados
de grises hondonadas con los que me acunaste
desnuda, en la mecida de tus palabras.
Tersa y pulimentada piel, arquitectura perfecta,
cobijo de mi inexacta niñez, cuando tú eras mi único mundo.
Fortaleza de raíces profundas e inamovibles,
desmesurada sabia que en ámbar se solidifica en mí.
Ansío tu universo de cal bañada en sol,
en el que tantas veces me has transportado:
maletín yo ingrávida, asida a tu pasado
cuando trepabas hasta un moral cuajado de acuarelas
y tu risa te acompañaba,
no ahora.
Cuando la blanquecina de casas se disolvía
en difuminados olivos, y confeti volátil anunciaban veranos
que tu perseguías risueña, ajena al futuro que te esperaba.
Cuando corrías sin parar detrás de raquíticos gatos
y te sentabas a la sombra solitaria de algún
lánguido y perezoso algarrobo para acariciarlos.
Cuando a canciones cubanas aguerridas te transportaba el viejo,
ahora tú, cartapacio testigo de los mundos lejanos de tu abuelo.
Ansío traerte la risa pueril que regalabas a cada cosa,
apaciguar tu dolor, mecerte ahora yo a la sombra de un olivo,
devolverte la inocencia y la sencillez de tu pueblo.
Ansío madre,
desenlutarte.
Todos los derechos reservados
Virtudes Montoro López © 2010
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Un fino y limpio recuerdo-marca para tu madre.
ResponderEliminarSalut
Enhorabuena, campeona. Cada día escribes mejor.
ResponderEliminarMe estremece y me emociona.
Felicides a ti, por ser una mami tan especial.
Un besazo
Ana Silva
Gracias enormes, Ana y Jerónimo, besos enormes a ambos, amigos.
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