jueves, 8 de abril de 2010
Inconsciencia
A la sensación que no despierta conmigo a las siete
que se queda acurrucada en el caliente pliege,
dormitando vestigios y porvenires.
Al húmedo y trásfugo pensamiento
que en un momento,
se detiene y sigue veloz huída
dejándome el espectral vaho
de un chasquido tenue,
de un recuerdo olvidado.
Al instante fugaz en el que dos miradas se entremezclan,
surcan horizontes pálidos y decrecentan en ruinosas calles
erradas por la solemnidad del paisaje
que creen haber visto.
Al escalofrío que emana de algún sentido adormecido,
que reverbera y de pronto te despierta:
ígneo susurro.
A la quietud de una empecipada hoja moribunda,
ocre al compás de remolinos eólicos
danzarina voluntad de cortejos
y quietud en medio del silencio.
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Virtudes Montoro López © 2010
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Muy melancólicas tus palabras: como un otoño, solitarias... ¿por qué van abanderadas por "El gran masturbador" de Dalí?
ResponderEliminarSalut
J. Mira
Jerónimo es el cuadro que me buscaron las palabras que en lla se vierten.
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