martes, 15 de noviembre de 2011

¡Tú y yo tenemos que hacer un viaje juntos!


Partirme el alma contigo

desamordazar el silencio

Y llenarlo de mil quejidos


Desabotonarte las dudas

Arrasarlas de tu memoria y

Crearles dignas sepulturas


Reptarte entre sudor y fiebre

Saciar mi sed en tu saliva y

Crujirnos en besos los dientes


Desmenuzar días al sol

Dejar de ser por momentos

Coger cualquier avión


(Ése que señalábamos

y gritábamos, Jota,

como ardillas rojas).


Virtudes Montoro López © 2011

viernes, 11 de noviembre de 2011

En medio de este fluir...


En medio del fluir constante de gente, alguna, desprevenida, te roza, otra te mira, y otra, no sabe que la estás mirando.

En medio de esas casualidades genéticas andantes, entre las que me encuentro yo, me pregunto, qué metáfora vital es la que ha ocasionado, que, justo ahora, cuando yo existo, exista toda esa gente, que me roza, que me mira, y a la que yo miro. Qué sentido tiene que, en este presente, existas tú, cuando quizá, nunca lleguemos ni a cruzarnos.

Y, si somos la sociogenética que otros antes fueron, esa mezcolanza de ADN y aculturación que nos define y que nos separa, ¿por qué habitamos un mismo espacio, un mismo tiempo sin más pretensión que esa?, ¿por qué me obstino en que toda esta conjetura casual, toda esta serendipia, debe aspirar a algo más que a erosionarnos en nuestro despiste?

Mi pretensión ambiciosa, me lleva a observaros, a memorizar vuestros rostros, heredados de tantos otros que se pasean delante de mí, a sentir un calor cercano en cada mirada. Me lleva, a estar muy atenta de cada paso que dais, y a preguntarme, qué puedes estar pensado.

Como meteoritos, como réplicas químicas universales, perfectas, que vagabundean y orbitan sobre su propio eje, y tan ajenos, al concierto de posibilidades que habita en y con cada uno de nosotros.


Virtudes Montoro López © 2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

Reinas aladas, maltrechas y sin corona





Reinas aladas, maltrechas y sin corona

por vosotras hoy, me transformo monárquica

Reináis en aceras, filos, y lomas

Y sobre asfaltos convertidos en negra vida


Me esmero en no pisotearos, sus altezas,

princesas de lo extraordinario en búsqueda

sexual, y como loca transeúnte, hoy, ebria

parezco. Mas, no os haré ninguna queja,

por vosotras,

reinas aladas, maltrechas y sin corona.


Virtudes Montoro López © 2011



Los machos con alas emergen de las pupas junto con las hembras fértiles, también aladas (aunque algunas especies, como las hormigas guerreras, tienen reinas sin alas), y no hacen nada durante su vida aparte de comer y aparearse. La mayoría de las especies de hormigas son univoltinas, y producen una nueva generación cada año. Durante el periodo de apareamiento, que varía dependiendo de la especie, los machos y hembras alados salen al exterior (generalmente los machos lo hacen antes que las hembras) en el llamado vuelo nupcial. Los machos utilizan señales visuales para buscar un lugar de apareamiento común donde convergen otros machos; entonces secretan unas feromonas para que acudan las hembras. Las hembras de algunas especies se aparean con un solo macho, pero las de otras lo hacen con varios machos.Las hembras que se han apareado buscan después un lugar adecuado para empezar una nueva colonia; allí se arrancan las alas y empiezan a poner los huevos y a cuidarlos. Las hembras almacenan el esperma que obtienen durante su vuelo nupcial para fertilizar de manera selectiva los futuros huevos. Las primeras obreras que nacen son débiles y más pequeñas que las que nacen con posterioridad, pero empiezan a servir a la colonia inmediatamente; amplían el hormiguero, buscan alimentos y cuidan de los otros huevos. En la mayoría de las especies, es así como se forman las colonias. En las especies que tienen varias reinas, una de ellas puede abandonar el hormiguero, junto con algunas obreras, para fundar una nueva colonia en otro lugar. Hölldobler y Wilson (1990), pp. 143-179