Una capa redonda llena de espigas,
una nube trigal y una cosecha celeste,
me han sonreído hoy, a la altura del
cielo de la boca.
Por un momento he sido trigo enamorado,
y he dejado de ser, polen libertario
en medio de secanas esperas,
buscando, amapolas frágiles aferradas
a subsuelos de cemento y aceras.
Virtudes Montoro López © 2013
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