sábado, 1 de mayo de 2010

Querida mía


Reencontrarme contigo es lo mejor que me ha pasado.


Saber que después de veinte años, en unas solas horas me has rellenado, me has trasportado, me has mutado, me has devuelto la risa y has apagado la sed de amistad que me tenía la garganta seca.

Saber que te he buscado y te encontré, me ha descongelado el alma, amiga mía.


En un abrazo fundido, nos hemos reencarnado, hemos llorado por lo perdido y hemos reído por lo ganado.


Eres el mar atávico de mi niñez, preñada de inocencia, de juegos compartidos, de señuelos que seguíamos, del hambre de conocimiento que nos devoraba hasta los tuétanos.


Eres el mar calmo donde reside la mayor parte de lo que fui, de lo que soy y de lo que seré, la bruma blanca de la esperanza, el azul infinito de un futuro, ahora sé, cogidas de las manos, que puedo contar contigo, y tú conmigo.


Eres la perfecta combinación de dulzura, de hermosura de mujer resuelta, aunque no has crecido y sigues siendo esa niña, mi hermana callejera.

Eres fascinación, exquisitez, embrujo, magia, eres lo que tanto he buscado, lo que tanto he ansiado amiga, eres mí ser en el tuyo, ambos ahora lacrados para siempre.


Ansiosas por no defraudarnos, hemos amanecido de nuevo, para siempre entrelazadas nuestras palmas, decir te amo no me basta.




Todos los derechos reservados
Virtudes Montoro López © 2010

8 comentarios:

  1. Inmensamente bello... Un abrazo enorme

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  2. Gracias cielo, un abrazo gigante!!!!!

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  3. eres todo corazón...y la foto preciosa

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  4. No tengo palabras para expresar lo que siento al leer esto. Me llenas de felicidad. Gracias, te quiero.
    Mariángeles

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  5. Leídas en silencio
    palabras tan bellas
    no se perderán.

    Natividad Luicia MG.Otxoa

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  6. La expresión como proyección sublime del sentimiento, la cincelada final del David de Miguel Ángel, esa perfección que evoca lo que sólo dos corazones en sintonía pueden sentir. Me recorre la emoción por cada poro de mi piel, rebelándose a su paso, como mosaico de pequeñas montañas epidérmicas, cubiertas por el tapiz primaveral de la “nostalgie”. Gracias Virtu, por dedicar este tributo mágico a mi musa, por estos haces de melacolía sin arancel, todo libres… Seguramente eres lo que pareces… otra musa.

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  7. Gracias por vuestros comentarios, son solo sentimientos que me embargan al sentir el abrazo de mi amada Mariángeles, la musa es ella, la musa es ella, sin lugar a dudas...

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  8. Gracias Natividad, ahora éstas son tuyas, porque las palabras no son de nadie, ni de quién las escribe, solo de quién las siente.

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